En la esquina noroeste de África, a solo 15 km de Europa a través del Estrecho de Gibraltar, Marruecos tiene una ubicación estratégicamente importante y durante siglos ha sido una mezcla de culturas. Las influencias árabes, bereberes, europeas y africanas forman parte del patrimonio único del país, que se ha hecho famoso en todo el mundo gracias a milenios de comercio y, en siglos más recientes, tanto a la diáspora marroquí como a los millones de turistas que lo visitan anualmente.
Marruecos es la única monarquía del norte de África y tiene uno de sus sistemas políticos más estables e inclusivos. La larga tradición del país como centro de comercio internacional continúa, con una economía relativamente abierta que ha atraído inversiones extranjeras y se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de Europa en África.
Diplomáticamente, el enfoque pragmático de Marruecos le ha ganado una variedad de aliados y asociaciones, desde sus fuertes lazos comerciales y de seguridad con la UE hasta una relación floreciente con China y los países del Golfo.